domingo, agosto 23, 2009

Testigo de delitos circunvalatorios

Hace escasamente una hora transitaba por la pista de circunvalación. Mientras esperaba que el semáforo que está por el Centro Comercial de Hatillo cambiara, pudimos presenciar el momento en que un jovenzuelo se acercó al carro de enfrente y lanzó una piedra a la ventana lateral trasera.

Al fallar al primer intento, reinició el ataque. Al ver la situación, me colgué del claxon. Fue en ese momento que el joven ortóptero, por tercera vez y con cara de decisión se aseguró de romper la ventana o escapar con las manos vacías. La conductora del carro atacado reaccionó y trató de mover el carro hacia adelante lo más que pudo, pero otro carro adelante del suyo no le permitía avanzar. El aspirante a criminal logró su objetivo de desestabilizar la integridad estructural de la ventana, y rápidamente extrajo un bolso oscuro y se perdió con su compinche entre las alamedas de la localidad.

La conductora hizo un viraje en U y se retiró del lugar de inmediato. No nos quedó otra opción más que continuar nuestro camino, pero siempre permanece el sentimiento de qué podía uno hacer en esos fugaces momentos. Total, fui a dejar a mi novia a su casa y cuando circulo de regreso unos 40 minutos después, en los semáforos antes de la rotonda del Rancho Guanacaste, los demás conductores y yo tuvimos hábilmente que esquivar a dos carajillos despavoridos con un bolso de mujer blanco que intentaron cruzar la pista. ¿Me creerían si les digo que eran exactamente los mismos y acababan de robarse otro botín?

Yo había visto en las noticias que la policía había hecho algunos arrestos con respecto a los robos de este tipo en la circunvalación, pero evidentemente ha pasado una de dos cosas:
1) Los malvivientes regresaron.
2) Otros malvivientes les quitaron el negocio a los que anteriormente ejercían.

Les comento principalmente en caso de que si circulan por estos lugares (o por cualquier otro lugar, la verdad) tomen las precauciones para no dejar objetos de valor a la vista, así también para que se mantengan vigilantes en todo momento.

Me da demasiada cólera que la gente decente tenga que modificar sus hábitos y horarios para reducir la posibilidad de ser víctima de un crimen. Ahora hay que esconder bolsos y domir con un ojo abierto. ¿Eso es vida? Ahora no puede uno ni viajar tranquilo pensando que hacer un simple alto es volverse vulnerable a robo. También me digo a mí mismo que si estos ladroncillos de 12-14 años crean tanto caos, incertidumbre y descontento, ¿qué lograrán cuando sean expertos malhechores?

"El crimen hace iguales a todos los contaminados por él."
Marco Anneo Lucano