jueves, enero 08, 2009

Jueves telúrico

¡Qué buena sacudida dio nuestro terruño hoy al mediodía!

Pero no hay nada de que temer. Ya por todos es sabido que vivimos en un país sísmico. Según lo que me dijeron en la escuela, nuestra tierra se levantó precisamente del mar a punta de temblores y erupciones. Según los especialistas, el temblor alcanzó 6.2 grados Richter, fue un movimiento importante, pero nos salió barato. No se compara con el terremoto de Oriente Medio en el año 1201, que causó 1.100.000 muertos, o el peor temblor registrado en Valdivia, Chile en 1960 que marcó 9.6 grados en escala Richter.

Aunque fue un temblor fuerte, no sentí que lo fuera tanto como otros que he tenido la oportunidad de experimentar. Lo que sí me sorprendió fue la reacción de la gente en el restaurante en el que estaba. Todos se apelotaban en el pasillo buscando la salida. Pero bueno, supongo que todos reaccionamos diferente. Hay que tomar en cuenta que salir a la calle en una ciudad durante un temblor no es conveniente, por los problemas por ya todos conocido.

Mientras escribo esto, veo las noticias y observo que los daños son más graves de lo que había imaginado luego del temblor. Desgraciadamente, a diferencia de otras ocasiones, esta vez sí hay víctimas mortales. También hay heridos, casas y caminos dañados o destruidos. Ahora lo que sigue es reconstruir, y que los ticos nos solidaricemos con los que se han visto afectados.

Una vez que pase la emergencia, es importante que los ticos entendamos que vivimos en un país sísmico y que debemos pensar en ello todos los días. Pero no con miedo, sino con respeto a las fuerzas impredecibles de la Naturaleza y con inteligencia para estar preparados. Es importante que todos, por nuestra propia iniciativa, tengamos planes de emergencia, capacitación en incendios, primeros auxilios, resucitación cardiopulmonar (RCP) y todos los demás que ya sabemos sobre víveres, zapatos al alcance (en caso de vidrios y otros despojos), linternas listas y demás.

Para mí que todo es culpa de Flipperto, porque estábamos celebrando su almuerzo de cumpleaños cuando se vino el meneón.

"No hay medicina para el miedo."
Proverbio escocés